Estamos en otoño y toca cuidarse que ya empieza a llegar el frío. Y en Fresón de Palos nos gusta mucho la frase de Hipócrates que dice eso de que tu alimento sea tu medicina. Porque comer saludable está en nuestras manos, y si es con frutos rojos, ¡mucho mejor! Llevar una alimentación equilibrada no solo significa comer variado, sino también asegurarnos de que nuestro cuerpo recibe todas las vitaminas que necesita para funcionar correctamente. Las vitaminas son micronutrientes esenciales que intervienen en procesos como el metabolismo, el crecimiento, la defensa inmunitaria y la salud de la piel y los huesos.
Aunque muchas veces se piensa en suplementos, como ya te explicamos en este post, la mejor fuente de vitaminas está en los alimentos frescos y naturales. Hoy te contamos qué alimentos son ricos en vitaminas y cómo puedes incluirlos fácilmente en tu alimentación diaria, con los frutos rojos como protagonistas.
Vitamina C: defensas fuertes y piel radiante
La vitamina C es una de las más conocidas y también una de las más importantes. Ayuda a fortalecer el sistema inmune, favorece la absorción del hierro y participa en la formación de colágeno, esencial para mantener la piel firme y saludable.
Los frutos rojos, especialmente los fresones, son una de las mejores fuentes naturales de vitamina C. De hecho, ¿sabías que 100 gramos de fresones aportan más cantidad de Vitamina C que una naranja?
Otros alimentos ricos en vitamina C son el kiwi, el pimiento rojo, el brócoli, la papaya, los cítricos y el perejil fresco. ¿Quieres alguna idea práctica? Comienza tu día desayunando un tazón de yogur natural, avena y frutos rojos. Tendrás una dosis perfecta de energía y antioxidantes.
Vitamina A: visión, piel y sistema inmunitario
La vitamina A ayuda a mantener una visión saludable, cuida la piel y refuerza las defensas del cuerpo. Se encuentra principalmente en alimentos de color naranja, amarillo o verde oscuro, gracias a los betacarotenos, pigmentos naturales que el organismo transforma en vitamina A.
Entre las mejores fuentes de Vitamina A están la zanahoria, el boniato, la calabaza, las espinacas y el mango.
Nuestra propuesta para darle color y sabor a tu mesa con una buena dosis de Vitamina A es esta: prepara una crema de verduras con calabaza y zanahoria, y acompáñala con una ensalada fresca con fresones laminados. ¡Color, sabor y nutrición en un solo plato!
Vitaminas del grupo B: energía y bienestar
Las vitaminas del grupo B —como la B1, B2, B6, B9 (ácido fólico) y B12— intervienen en el metabolismo energético y son fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
Se encuentran principalmente en cereales integrales, legumbres, huevos, frutos secos, aguacate y pescados azules como el salmón o las sardinas. ¿Quieres una idea práctica? Prueba una tostada de pan integral con aguacate y unas frambuesas encima. Y si te atreves a probar sabores diferentes, prueba a añadirle unas sardinas de lata. Un almuerzo saludable, ¡y que te aporta energía sostenida para todo el día!
Vitamina E: antioxidante natural
Conocida como la “vitamina de la juventud”, la vitamina E ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo. Actúa en sinergia con otros antioxidantes naturales, como las antocianinas presentes en los frutos rojos.
La puedes encontrar en alimentos como los frutos secos (almendras, avellanas, nueces…), semillas, aguacate y aceites vegetales (girasol, oliva virgen extra). ¿Quieres un extra de Vitamina E? Prepara un snack de media tarde con yogur natural, arándanos congelados y una cucharada de almendras troceadas o en polvo. ¡Energía, sabor y antioxidantes en cada bocado!
Vitamina D: huesos fuertes y vitalidad
La vitamina D es esencial para la absorción del calcio y el mantenimiento de unos huesos fuertes. Aunque el cuerpo puede sintetizarla gracias a la exposición solar, también podemos obtenerla de alimentos como el salmón, las sardinas, las setas shitake, los huevos (sobre todo la yema) y los lácteos enriquecidos. Combina tus fuentes de vitamina D con frutas ricas en vitamina C, como los fresones, para favorecer una mejor absorción de nutrientes y fortalecer tu sistema inmunitario. ¡Y siempre que puedas, sal a la calle para recibir los rayos del sol a primera hora del día!
¡Ya has visto que incluir alimentos ricos en vitaminas no tiene por qué ser complicado! La clave está en apostar por productos frescos, de temporada y variados, donde los frutos rojos se convierten en aliados perfectos. Su color intenso es un reflejo de su poder antioxidante y su capacidad para aportar bienestar a toda la familia.
Puedes tomarlos frescos o congelados, lo importante es añadir un toque de color (y vitaminas) a tus comidas. Cada día es una oportunidad para cuidar tu salud desde el plato. Empieza con pequeños cambios: añade frutos rojos al desayuno, verduras a la comida y frutos secos o yogur a la merienda. Así recibirás la combinación perfecta de vitaminas y energía natural.


