1. Prepara la mermelada siguiendo la receta que encontrarás en esta misma página web y reserva.
2. En un recipiente debes añadir la harina y la levadura tamizadas, el azúcar o la estevia y la mantequilla en pomada. Bate bien y, si tienes algún tipo de
amasador eléctrico o robot de cocina, mucho mejor. Recuerda precalentar el horno a 220 grados.
3. Pon en un cazo el agua a calentar, pero controla que no llegue a hervir. Parte la mitad del chocolate y añádelo. No dejes de moverlo para evitar que se queme.
Debes obtener una pasta sin grumos.
4. Añade el chocolate a la mezcla del segundo punto. Vuelve a batirlo todo con movimientos envolventes para conseguir que se mezclen correctamente los
ingredientes.
5. Engrasa un molde y añade la mezcla. Debes darle unos golpecitos para evitar burbujas de aire en su interior. Cuando así sea, mete el molde en el horno a 200
grados durante 40 minutos. Ve comprobando la evolución del bizcocho a través de la puerta del horno para que no se te queme.
6. Tras sacarlo del horno, deja el bizcocho enfriar al menos tres horas.
7. Funde la otra mitad del chocolate con un poco de mantequilla. Esta pasta ha de ser brillante. Abre el bizcocho por la mitad y rellénalo con la mermelada de
fresones. Una vez cerrado, decora con el chocolate. Deja enfriar unas tres horas en el frigorífico y tendrás una tarta exquisita.
La posibilidad de preparar esta clásica tarta en tu casa es de las que no deben desaprovecharse. Te recordamos que la receta original se prepara siempre con
mermelada de albaricoque, aunque el fresón aporta un dulzor con esa pincelada de acidez que convierte esta receta en un plato irresistible.