- Mantén tanto la nata como el requesón en el frigorífico para que estén fríos en el momento de montar y mezclar.
- Pon la nata en un bol grande y monta con varillas eléctricas hasta notar una textura firma. Evita los recipientes plásticos para montar la nata. Escoge mejor un bol metálico, de cristal o cerámica para que la nata adquiera una textura más firme y no se corte.
- En otro bol, tritura el requesón junto con la miel hasta lograr una pasta fina sin grumos y con consistencia homogénea.
- Añade el requesón con la miel en el bol de la nata montada, mezclando con movimientos envolventes usando una lengua pastelera. Sigue mezclando hasta conseguir que ambas partes queden bien integradas.
- Conserva la crema de requesón en el frigorífico dentro de un recipiente con tapa hermética hasta el momento de servir y consumir. Deja reposar al menos 30 minutos para que con el frío adquiera una consistencia más densa.
- Justo antes de tomar el postre, sirve la crema de requesón con arándanos de Palos, y añade un poco más de miel en la parte superior para decorar.
Emplatado de la crema de requesón con miel y Arándanos de Palos
Esta receta de crema de requesón con miel y Arándanos de Palos se puede servir también con otros tipos de frutas troceadas, frutos secos y cualquier otro ingrediente que desees. Para el emplatado de nuestra elaboración, vamos a decantarnos por el sabor dulce de la miel, y el toque fresco y ácido que aportan los Arándanos de Palos.
Utiliza un bol o una copa de cristal para servir el postre. Pon primera la crema de requesón, coronándola con un puñadito de arándanos enteros.
Añade un hilo de miel sobre los arándanos, y recuerda a los comensales que la mejor forma de tomar este plato dulce es mezclar todos los ingredientes para disfrutar de cada bocado.
Si quieres añadir un toque extra, prueba con unas galletas troceadas en la base del recipiente antes de servir la crema de requesón. Unas nueces picadas junto con los arándanos dan también un toque perfecto a este delicioso postre.